El acuerdo supone un duro golpe a Alibaba Group, que se quedará finalmente fuera de acuerdo para reforzar su incipiente división de chips por el que estaba compitiendo con Juanguang Asset Management, empresa de capital privado respaldada por el estado chino y que es propiedad indirecta del fondo soberano de China (dependiente del Consejo de Estado Chino).
No ha transcendido el importe de la inversión por el consorcio, que inicialmente era propiedad de la universidad china de la misma ciudad que le da nombre (Tsinghua). La empresa tuvo varios incumplimientos de deuda en 2020 por importe de 3.600 millones de dólares, razón por la cual acabó siendo necesaria una reestructuración judicial (una especie de concurso).
Alibaba Group fue la primera en interesarse por la compra del conglomerado de semiconductores para reforzar su división de chips y de computación en la nube (Alicloud), sin embargo la preocupación por la seguridad de los datos desde que la empresa Didi Chuxing ($DIDI) fuera represaliada por el regulador chino tras su salida a bolsa en el NYSE en Estados Unidos hizo que el grupo de trabajo que supervisaba la reestructuración favoreciera a la empresa respaldada por el Estado chino en detrimento de Alibaba.
Todo esto pone de manifiesto que la represión sobre el sector tecnológico chino continua, lo que puede acabar afectando al crecimiento de las compañías como Alibaba a largo plazo. En el caso de Alibaba llueve sobre mojado, tras la ralentización de su negocio retail el último trimestre en china por la presión regulatoria y la competencia, ahora Alibaba observa como el estado chino se intromete de nuevo en sus planes de expansión.
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