El Gobierno chino sigue empeñado en mantener el control absoluto y continua su feroz represión sobre la empresa de comercio electrónico Alibaba Group. Las donaciones e inversiones multimillonarias anunciadas hace unos meses por algunos de los principales conglomerados del país (Alibaba, Tencent o Pinduoduo) como respuesta al llamamiento a la prosperidad común del dictador Xi Jinping en el centenario aniversario del Partido Comunista Chino no han servido para calmar las ansias de control de Pekín.
El Gobierno chino necesita controlarlo todo, desde la toma de control político de Hong Kong, las amenazas militares a Taiwán, las finanzas con la paralización de la salida a bolsa de Ant Group, la educación con el ataque a las empresas de tutoría privada, los datos con el delisting cuasi obligado de la bolsa de Estados Unidos al Uber chino (DIDI) y ahora atar en corto a la opinión pública mediante el control de los medios.
El Gobierno chino ha estado haciendo la vista gorda durante décadas, hasta que se ha dado cuenta del poder que empresas como Alibaba o Tencent han ido concentrando en medios de comunicación, publicidad, periódicos y redes sociales. Ya sabíamos desde hace unos meses que existía el rumor de que se le había sugerido amigablemente a Alibaba deshacerse de sus participaciones en medios como el South China Morning Post (uno de los medios más importantes del Sur de China y Hong Kong). También habíamos visto hace unos meses como Alibaba se vio obligada a vender con fuertes pérdidas una participación en una televisión pública local.
Ahora el Gobierno chino, a través de su conglomerado estatal Shanghai Media Group está obligando a Alibaba a deshacerse forzosamente de su participación del 30% en la red social Weibo, una red social muy similar a Twitter. No es de extrañar este movimiento, puesto que en Weibo se han producido en repetidas ocasiones comentarios muy negativos contra el Gobierno chino, la red social siempre los ha censurado, a pesar de ello ha sido multada en repetidas ocasiones por la Administración del Ciberespacio de China.
El Gobierno chino es el poli malo de esta película y el poli bueno es supuestamente el regulador, la voz que dice las cosas de forma amigable como si China fuera realmente un "Estado de Derecho". El regulador ahora ha solicitado la prohibición de la participación de capital privado en los medios. Esta noticia sale justo cuando no hace ni un mes desde que Weibo recaudara 385 millones en el listado de su cotización secundaria en Hong Kong. Weibo también cotiza en el Nasdaq con una capitalización de unos 7.200 millones de dólares bajo el ticker ($WB).
Las acciones de Weibo han reaccionado a la baja un 4% en Estados Unidos, y en el año llevan una caída superior al 50%, también han caído ligeramente las acciones de Alibaba Group ($BABA) en la sesión de hoy.
Hace pocos días conocíamos que el Gobierno chino a través de un empresa controlada por uno de sus fondos soberanos, asestaba un duro golpe a Alibaba en su división de chips y la nube al echar por tierra un acuerdo que ya tenía cerrado para tomar el control de una importante empresa de semiconductores china (Ver noticia).
Tambien hemos conocido recientemente que el Gobierno chino a través del regulador obligaba a Ant Group a constituir una nueva filial de crédito al consumo participada por una entidad controlada por el Estado chino, lo que supone de facto una expropiación de parte del negocio de Ant Group. También hemos advertido en anteriores artículos de los riesgos regulatorios de su negocio de computación en la nube.
La cotización de Alibaba puede parecer atractiva por valoración, pero el Gobierno chino no parece muy por la labor de que el valor de sus empresas salga fuera de la Gran Muralla China para beneficiar a una mayoría de inversores extranjeros que sólo quieren dinero y no están alineados con las directrices y los planes el Partido Comunista de China para consumar su "prosperidad común".
¿Qué más sorpresas tendrá el Gobierno chino preparadas para estrangular aún más a Alibaba? sin duda esta pesadilla parece estar lejos de acabar.
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