El presente artículo trata de realizar un análisis para establecer el contexto necesario para aproximarse a la realidad actual de China y sus perspectivas de futuro desde el punto de vista del inversor global:
I. La realidad China (Introducción):
Desde finales de los años 70, la República Popular China comenzó un proceso de profundas reformas económicas, pasando rápidamente de un sistema únicamente fundamentado en la planificación central a una economía cada vez más orientada al mercado. Estos cambios radicales en su estructura dieron como consecuencia directa un aumento sin precedentes de su PIB hasta convertirse en la actualidad en la segunda economía del mundo debido a tres palancas de crecimiento:
- Exportaciones
- Inversión extranjera
- Consumo interno
Tras una etapa inicial en la que primaron las exportaciones y la inversión extranjera, China consiguió desarrollarse como potencia industrial y exportadora, a medida que el nivel de vida y poder adquisitivo de la población aumentaron, la economía se ha ido reorientando progresivamente a la promoción del consumo interno hasta convertirse en la actualidad en el mayor mercado de consumidores a nivel global.
En el año 2011 la agricultura y la industria aglutinaban el 70% de la fuerza laboral del país, actualmente solo representa el 53%, habiendo ganado mucho peso el sector servicios. Este cambio radical en la sociedad china en tan solo una década ha provocado grandes diferencias sociales, económicas y culturales entre las diferentes áreas rurales y urbanas del país. Por otro lado, el desarrollo económico también ha sido geográficamente asimétrico, habiéndose concentrado este principalmente en las zonas costeras del país y no en el interior, esto también ha provocado un éxodo masivo de unos 300 millones de personas de las zonas rurales a las grandes ciudades en busca de oportunidades laborales.
El gran crecimiento económico de la ultima década también ha tenido como consecuencia la mejora de la renta per capital de los ciudadanos chinos. Desde el 2010 la renta per cápita china se ha incrementado desde los 7.518$ hasta superar los 10.000$ en 2021 (pasando China del puesto 93º al 69º, según el FMI). No obstante algunas de las zonas especiales de China como Macao o Hong Kong lideran los rankings de renta per capital a nivel mundial. Según las propias estadísticas oficiales chinas en el año 2006 el 10,8% de la población vivía con menos de 1 dólar diario.
En el plano político, la definición más próxima a la realidad actual de China es la de una república socialista con un sistema regido por el Partido Comunista Chino (PCC), cuya ideología es una fusión del marxismo-leninismo y las aportaciones sucesivas de sus líderes desde Mao a la actualidad. Algunos autores que conocen bien el país han denominado al modelo chino como un tecno-socialismo combinado con capitalismo de estado (es el caso de Claudio F. González, autor de "El Gran Sueño de China. Tecnosocialismo y capitalismo de Estado").
No obstante, China tiene un régimen eminentemente pragmático, cuyos objetivos principales son el manteniendo de altas tasas de crecimiento y la estabilidad social. En principio, la Constitución china consagra los derechos fundamentales y libertades públicas (si bien estos son redactados desde una visión extremadamente autoritaria de la voluntad popular). La democracia en China ha de ser entendida dentro los límites del partido y a nivel local. Las principales estructuras de poder en China son establecidas por la constitución y se dividen principalmente en cuatro, las cuales se encuentran interconectadas:
-Partido Comunista Chino: tiene más de 80 millones de miembros, se forma por un Congreso Nacional que se reúne cada 5 años y elige a un Comité Central con 204 miembros y 172 suplentes. Las funciones son ejercidas por su secretariado y el Politburó (de 25 miembros). El Comité Permanente de este tiene 7 altos cargos y es el verdadero núcleo de poder del país, encabezado este por Xi Jinping.
-Estado: se trata de una estructura estatal central, que se replica en cada provincia y localidad, se articula en torno a la Asamblea Popular Nacional, la Presidencia del Estado, el Consejo de Estado (el Gobierno), la Comisión Militar Central, el Tribunal Popular Supremo y la Fiscalía Popular Suprema.
-Asamblea Popular Nacional: tiene unos 3000 miembros elegidos cada 5 años, representa a las 23 provincias, a las 5 regiones autónomas y a los 4 municipios autónomos. Su función es la de aprobar las leyes y los tratados, realizar los nombramientos del ejecutivo, así como al Presidente de la Corte Suprema, el Fiscal General y la aprobación de la Constitución y sus futuras modificaciones. Aunque hay unas elecciones a nivel local cada 4 años esta tiene un Comité permanente con una mayoría de miembros elegidos por el PCC (el cual rige todos los ámbitos de la política del país).
-Ejército de Liberación Popular: depende de la Comisión Central Militar.
En la China actual, existe por tanto un liderazgo colegiado con diversas facciones, cada una con sus respectivas inclinaciones: unas facciones están más inclinadas hacia el impulso de reformas económicas y otras son más populistas, al estar enfocadas en la redistribución de la renta. En cualquier caso, en China son conscientes de que la única forma de la preservación del sistema es la legitimación frente a la población y de hecho cuenta con un gran apoyo social debido principalmente a los avances económicos de las últimas décadas.
Por otro lado, dentro del propio PCC existen dos corrientes ideológicas, una llamada "populista" preocupada por la armonía social, el equilibrio regional y el medio ambiente y otra denominada "elitista" más enfocada a la eficiencia económica y al desarrollo de las grandes ciudades. Por su parte, el Gobierno cuenta con 26 ministerios y Comisiones estatales dependientes del Consejo de Estado.
II. Situación actual de China (datos clave):
1. Datos básicos: China es el país más poblado del mundo según los datos oficiales con un total de 1.394.897.720 habitantes (seguido muy de cerca por la India), y es el cuarto país más grande del mundo en superficie (solo por detrás de Rusia, Canadá y Estados Unidos) con 9.596.960 kilómetros cuadrados. La lengua oficial del país es el chino mandarín (putonghua), aunque también hay otras lenguas minoritarias por regiones como el Yue (cantonés), el Wu (Shanghai), el Minbei (Fuzhou), el Minnan (Taiwán).
2. División administrativa: China está dividida en 23 provincias, 5 regiones autónomas, 4 municipios y 2 regiones administrativas especiales (Hong Kong y Macao). La mayor parte de la actividad económica se concentra en las zonas costeras y grandes ciudades, en la ultima década China ha desarrollado extensas redes de carreteras, ferrocarriles y puertos para mayor cohesión del país y favorecer un crecimiento económico sostenido; la zona noroeste del país se encuentra muchos menos desarrollada.
3. Desarrollo social: en cuanto a sus indicadores sociales, como país aún en desarrollo se encuentra a mitad de camino en el puesto 85, de 189 países del índice de desarrollo humano de Naciones Unidas (España está en el puesto 25 y Estados Unidos en el puesto 17) y tiene un coeficiente Gini de desigualdad salarial del 0,46, en España se encuentra en el 0,33 y en Estados Unidos en el 0,48 (este coeficiente mide la desigualdad salarial con un coeficiente de 0-1, donde 0 representa la máxima igualdad de distribución salarial y 1 la máxima desigualdad o máxima concentración de los ingresos en pocos individuos).
Estos datos son importantes porque su evolución puede determinar la orientación de las políticas públicas de China para alcanzar una mayor igualdad y desarrollo económico. En los últimos años la política social de China ha estado orientada a combatir la desigualdad y la pobreza extrema que aún se encuentra en algunas de las zonas más aisladas del país y es frecuente escuchar discursos de los mandatarios y filántropos del país en ese sentido.
En China el cambio de divisas está controlado por la Administración Estatal de Divisas (SAFE), la Comisión Nacional de Desarrollo y Reforma (NDRC) y el Banco Popular de China, que tienen competencias normativas en este ámbito, si bien tiene compromisos con la OMC para liberalizar gradualmente el cambio de divisas (ya ha sido así en lo concerniente a la convertibilidad de las cuentas corrientes, pero no así en las de inversiones de capital). Conforme al Reglamento de Control de Divisas China no restringe los pagos y las transferencias internacionales ordinarias, si bien no se permite la circulación de moneda extranjera (de ahí que sea un país en el que el efectivo se ha convertido en residual), parte de ello debe atribuirse a entidades como Ant Group con su aplicación Alipay o a Tencent con su aplicación WeChat.
6. Crecimiento: el PIB de China ha crecido de forma sostenida desde los años 70 en torno a un 10% anual, habiendo decrecido un solo año en 1976 (un -1,6%). En el año 2020 tuvo su menor crecimiento de la última década del 2,3%, al igual que el resto de países a nivel mundial por la pandemia. Por su parte el IPC en 2020 se situó en el 2,5%.
8. Población activa: China tiene una población activa envejecida, pues el 66,8% de su población tiene más de 15 años (61,4% en EE.UU) y una fuerza laboral femenina del 43,6% (46,2% en EE.UU). En cuanto a la ocupación por sectores el 47,3% de los chinos se dedica al sector servicios, el 28,1% al sector industrial y el 24,6% al sector agrícola. La tasa de desempleo se sitúa en el 5,2% (frente al 8,3% en EE.UU o al 15,3% en España).
9. Natalidad: la tasa de natalidad de 2018 en China se encontraba en 1,69 hijos por mujer, ligeramente inferior a la de Estados Unidos, esto se debe en parte a las políticas de hijo único establecidas en China décadas atrás, actualmente en este mismo año China estableció que ahora se pueden tener hasta 3 hijos por mujer, lo que puede ayudar a evitar problemas de pirámide poblacional invertida a largo plazo como ocurre en España y otros países desarrollados.
10. Deuda pública y deuda externa: la deuda pública de China se situaba en 2020 el 91,7% del PIB (136% en EE.UU) y el saldo presupuestario en el -5,2%. En el plano fiscal el tipo impositivo máximo (excluyendo zonas especiales como Hong Kong) se sitúa en el 21% para empresas y un 37% para personas físicas (en EE.UU los tipos máximos son sustancialmente superiores 25% en sociedades y 45% en IRPF, si bien hay estados con una fiscalidad muy favorable para empresas como Delaware, no obstante esta fiscalidad se encuentra muy lejos de la de Hong Kong o las Islas Caimán, que es precisamente donde se sitúan las sociedades holding/matriz de algunas de las principales empresas chinas como Alibaba). La deuda externa se sitúa en el 15,3% del PIB frente a la de Estados Unidos del 101,4% sobre el PIB.
11. Energía: China es también un país en desarrollo en términos de generación energética, pues el 73,6% corresponde a fuentes de energía térmica (carbón, petróleo y Gas Natural, en EE.UU este mismo apartado es un 60% aproximadamente, siendo ambos los países más contaminantes a nivel global en emisiones de Co2), el 14,3% hidroeléctrica, renovables 6,9% y nuclear 5,1%.
12. Comercio exterior: gracias a su gran superávit comercial en la última década China se ha convertido en el mayor exportador a nivel mundial y es el segundo mayor importador del mundo, a pesar de sus estrictas políticas es un país abierto al comercio exterior (representa el 35% del PIB). Las mayores exportaciones se concentran en el sector de telefonía (9%) y máquinas de procesamiento de datos como ordenadores (5,9%), las importaciones se concentran en circuitos integrados electrónicos y micro estructuras (14,8%), aceites y petróleo (11,5%), minerales de hierro (4,8%), gas de petróleo (2,5%) y vehículos (2,3%). Se estima que para 2021 las exportaciones del país crezcan un 7,8% en 2021, frente al crecimiento 0% en 2020, además de un salto en sus importaciones hasta el 10%, frente a la caída en 2020 del 2,7%.
Socios comerciales: Sus principales socios comerciales son Estados Unidos, Hong Kong, Japón, Corea del Sur, Vietnam, Australia y Alemania. En los últimos años han existido tensiones comerciales con Estados Unidos (su principal socio) y en menor medida con Australia. En el caso de Hong Kong este sirve como intermediario para muchas operaciones.
RCEP (Tratado de libre comercio en Asia): ante la impredecible guerra comercial con Estados Unidos el gobierno chino ha estado adoptando políticas económicas más flexibles para mitigar los futuros riesgos para su crecimiento, por ejemplo el 15 de noviembre de 2020 China firmó la Asociación Económica Integral Regional (RCEP) con otros 14 países del Indo-Pacífico. Este acuerdo de libre comercio es el más amplio de la historia al cubrir el 30% de la economía global, incluye a la Asociaciones de Naciones del Sudeste Asiático (ASEAN: formado por Brunéi, Camboya, Indonesia, Laos, Malasia, Myanmar, Filipinas, Singapur, Tailandia y Vietnam), también incluye a los países socios de acuerdos de libre comercio con ASEAN: Australia, India, Japón, Nueva Zelanda, y Corea del Sur. Dentro de esta asociación de libre comercio se incluyen bienes, servicios, inversiones, cooperación económica, técnica, además de nuevas reglas para el comercio electrónico, la propiedad intelectual la contratación pública, Derecho de la Competencia y pymes.
13. Inversión extranjera:
Con la nueva Ley de Inversión Extranjera (en vigor desde el 1 de enero de 2020) se pretende que las empresas extranjeras puedan participar en el mercado chino en igualdad de condiciones, también otorga mayor facilidad para la creación de empresas, así como mayor facilidad para la adquisición de acciones de empresas privadas (antes había que realizar mayores reestructuraciones). No obstante, esta ley, junto con el Catálogo o lista de industrias prohibidas, los proyectos de inversión extranjera se clasifican principalmente en tres grupos:
-Prohibidos: son aquellos que representen una amenaza para la seguridad nacional, contrarios al interés público o que resulten perjudiciales para el medio ambiente, quedando totalmente prohibidos para los inversores extranjeros.
-Restringidos: son aquellos en los que se utiliza tecnología obsoleta, que son perjudiciales para el medio ambiente o que afectan a sectores protegidos.
-Incentivados: son aquellos de inversiones en alta tecnología y nuevas tecnologías, por ejemplo en energía y ahorro de materiales.
Esta lista de sectores hay que entenderla como un sistema de lista negativa, es bastante extensa y abarca hasta 33 sectores en 2020 (anteriormente 40, aunque llegaron a ser inicialmente 63 sectores), se va actualizando gradualmente e impone importantes restricciones en ámbitos que a priori no parecen estratégicos (por ejemplo en medios de comunicación). Este es uno de los aspectos más controvertidos, pues estas restricciones de acceso al mercado no hacen mención a la permanencia o al desarrollo de una actividad en ese mercado, por otro lado existen numerosos casos de discriminación en cuanto a registro de licencias, patentes y marcas, también en el acceso a subvenciones o en la defensa de los derechos de propiedad industrial e intelectual. Esta discriminación de las inversiones extranjeras resulta evidente de la propia existencia de la Ley de Inversión Extranjera, pues se le da a esta un régimen especial distinto de a las empresas locales.
Esta ley no ha entrado a regular las estructuras VIEs (entidades de interés variable), que son entidades extranjeras constituidas frecuentemente en jurisdicciones con tributación laxa que sirven como matriz/holding de empresas chinas con las que a su vez celebran contratos para evadir esta lista negra y a su vez poder cotizar en mercados extranjeros como Estados Unidos con importantes beneficios fiscales (es el caso de muchas empresas importantes como Alibaba, Tencent, JD.com, Baidu, etc).
El Plan China 2025 señaliza de forma clara los sectores en los que el gobierno chino quiere ser el líder global, ello implica repartir la cuota de mercado doméstica precisamente entre empresas radicadas en China, aunque no se renuncia a la colaboración con empresas extranjeras, donde pueden darse prácticas discriminatorias de la competencia o transferencias de tecnología forzadas. Según algunos economistas este Plan de China 2025 esconde un proteccionismo comercial encubierto, limitando mediante barreras técnicas no arancelarias la importación de productos e induciendo la inversión extranjera en capacidad productiva con el fin último de ubicar en China la tecnología y eventualmente la capacidad de innovación de las empresas, es decir pasar del clásico "Made in China" (hecho en China) al "Creado en China". En este sentido, según el ICEX: "sería deseable que el gobierno chino dé los pasos adecuados para ganarse el papel que se arroga como promotor de la apertura y el libre comercio, de modo que sus mensajes y reformas se filtren y afecten positivamente a la actividad diaria de las empresas extranjeras". En cualquier caso esta nueva Ley de Inversión Extranjera es un gran paso y sumado a la cada vez menor lista de sectores prohibidos deja claro que China poco a poco abre su economía, no obstante es muy complicado poder competir con empresas protegidas, lo que hace que las ventajas competitivas de las empresas chinas son evidentes, pero a su vez estas dependen del propio legislador.
Por otro lado, la constitución de empresas totalmente extranjeras precisa de aprobación de las autoridades dependiendo del sector, muchas autoridades locales en ciertas regiones todavía prefieren fórmulas de inversión mixta con socios locales chinos (mixtas o joint venture), no obstante en las zonas costeras es cada vez más frecuente ver el establecimiento de empresas 100% extranjeras. También hay algunas restricciones de dotaciones al capital social y retenciones del 10% a la hora de distribuir o repatriar beneficios.
14. Laboral:
Las condiciones laborales en china han cambiado drásticamente, actualmente la semana laboral estándar es de 5 días laborables con jornadas de 8 horas (40 horas semanales). No obstante estos horarios se pueden ampliar por circunstancias o necesidades de producción con el límite de una hora diaria (max 36 horas al mes) y con consulta al sindicato correspondiente. Además las horas extraordinarias deben ser retribuidas con un 150% del pago normal si es un día laborable, un 200% si es en día de descanso y en un 300% si es en periodo vacacional. Por otro lado el Gobierno chino reconoce un mínimo de 11 días de vacaciones nacionales pagadas al año.
En materia salarial son las autoridades municipales las que fijan los mínimos salariales en función de los niveles de vida, los índices de precios al consumo y el desarrollo económico de cada región. Si bien estas tienen que comunicarlo al Consejo de Estado. Ningún empresario puede pagar menos de lo estipulado. Por lo general, allí donde hay apertura a las empresas extranjeras los salarios son más altos, por la alta rotación y la competencia de la mano de obra.
También existen cotizaciones sociales obligatorias, que deben ser aportadas tanto por el trabajador como por el empresario que suelen rondar el 40% del sueldo del trabajador. Se distribuyen en 5 fondos: pensión de jubilación, asistencia médica básica, desempleo, accidentes laborales y maternidad. En los tres primeros aporta el empresario y el trabajador conjuntamente, en los dos últimos solo el trabajador. También hay otro fondo de vivienda, el cual está vetado a extranjeros salvo en algunas regiones como Shanghái.
15.La fiscalidad en China (empresas y comercio):
China ha tratado de adecuar su economía y marco normativo a las exigencias de la Organización Mundial del Comercio (OMC). En 2008 se estableció un tipo impositivo único del 25% en el Impuesto de Sociedades para empresas chinas y extranjeras. Si bien existe un tipo reducido del 10% para empresas pequeñas y un tipo del 15% para empresas de alta tecnología. Las empresas de alta tecnología son aquellas que poseen derechos de propiedad intelectual relevantes (con licencias exclusivas), que tienen un gasto de I+D de entre el 3-6% de las ventas (dependiendo del volumen de facturación), que el 60% del gasto en I+D de la empresa se concentre en China y que los ingresos por productos o servicios de alta tecnología deben ser al menos un 60% de los ingresos anuales.
El Impuesto sobre el Valor Añadido en China resulta bastante más laxo que en Europa, si bien tienen otro impuesto llamado "impuesto al consumo" que grava por lo general productos de lujo (nunca de primera necesidad) como el tabaco, joyería, gasolina, diésel, productos de higiene personal, automóviles, etc (en España sería algo parecido a los Impuestos Especiales).
Por otro lado también existe un Impuesto de Aduanas, es decir, los famosos "aranceles". Estos han venido reduciéndose de manera selectiva y pueden rondar desde el 2,9% al 25% dependiendo del tipo de producto.
16. Visión de los negocios:
En el mundo de los negocios en China tienen gran fuerza las ideas y los valores confucianos, frente a la cultura del cortoplacismo y el logro individual de Occidente, los negocios en China deben abordarse como una una visión a largo plazo. Para el confucianismo se debe de mantener un orden en las relaciones sociales de tipo jerárquico, en el que cada persona acepta su papel social y se relaciona con el resto conforme a ese rol.
III. Conclusiones:
China es un país con una gran superficie terrestre y el más poblado del planeta con más de 1400 millones de habitantes, el crecimiento económico sostenido en los últimos 30 años ha multiplicado su producto interior bruto hasta situarlo como la segunda mayor economía del mundo. Esta ingente escalabilidad ha provocado que China se haya convertido en la actualidad en el mercado de consumidores mas grande a nivel mundial, con la mayor clase media de todo el mundo (en torno a unos 350 millones de chinos, se estima que serán unos 500 millones de personas para 2030), todas estas razones dejan claro que se puede prever que haya un gran potencial de crecimiento a futuro de demanda en todos los ámbitos.
No obstante China todavía deja mucho que desear a nivel político, pues aunque el país históricamente ha resultado poco beligerante frente a potencias extranjeras el nacionalismo está en auge en el país debido a su creciente hegemonía, a sus reivindicaciones soberanas sobre Macao, Hong Kong y Taiwán y las tensiones comerciales con Estados Unidos, una guerra comercial que no beneficia a nadie y que perjudica a ambos. Es difícil prever una solución diplomática a corto plazo y posiblemente las tensiones vayan a continuar durante la próxima década. Tanto Estados Unidos como China están compitiendo por ser la primera potencia hegemónica a nivel mundial, se estima que antes de 2030 el PIB de China supere al de Estados Unidos y lo comentado anteriormente sobre la escalabilidad puede hacerlo posible.
Si bien China ha logrado muchos avances en términos democráticos el país sigue gobernado por un sistema político de partido único, el comunismo político dirige el país, no obstante al contrario de lo que muchos occidentales piensan el Partido Comunista Chino goza de un espectro ideológico bastante amplio entre populistas y elitistas, no obstante en China hay algunos derechos fundamentales que se encuentran mucho más limitados como la libertad de expresión.
Aunque China es un país abierto mundialmente al comercio, hay numerosas restricciones para emprender en el país, puesto que hay sectores que directamente están vetados para los empresarios extranjeros por ser sectores estratégicos o que puedan afectar a la seguridad nacional (cada vez más escrutinio sobre los datos) o la necesidad de un socio local al 50% (joint venture), por lo que podemos decir que China aún goza de un fuerte proteccionismo empresarial. Es decir, China no dejará que las empresas extranjeras o grandes multinacionales invadan su mercado expulsando a las empresas locales o pequeñas, de hecho hay casos llamativos de empresas de éxito a nivel mundial que han fracasado en China debido a las restricciones a la competencia, son notorios los casos de Ebay, Amazon o Uber.
Desde el punto de vista regulatorio, China está haciendo grandes esfuerzos para regular los sectores más innovadores de su economía, como es el sector tecnológico. Desde Occidente esto se está viendo en los últimos meses por la forma en la que los medios lo abordan con un ataque directo sobre sus empresas o una toma de control de las mismas, esto aunque pueda parecerlo no es exactamente así ¿y si China solo quiere regular? Si bien hemos visto como por ejemplo en Europa se imponen fuertes regulaciones en datos y tecnología, realmente no se innova, eso hace que en Europa no haya grandes empresas tecnológicas. Por su parte en Estados Unidos se innova, pero se ha dejado de lado toda regulación, lo que ha permitido la creación de grandes empresas tecnológicas con monopolios gigantes, aunque se han abierto algunos procesos antimonopolio estos parece que se van a dilatar mucho en el tiempo.
Recientemente se ha publicado que la administración Biden está dispuesto a frenar la concentración de empresas y a apoyar al G-20 en el establecimiento de tipos mínimos impositivos a nivel global en el impuesto de sociedades para las grades multinacionales, lo que puede afectar en gran medida a las Big Tech americanas que por ejemplo tributan en Europa a través de sistemas de sociedad matriz desde países con fiscalidad laxa como Irlanda o Luxemburgo, o mediante acuerdos de exclusividad, esto puede ser una clara desventaja frente a las grandes empresas chinas con carácter o enfoque global como Alibaba o Tencent, puesto que China por un lado las protege de la competencia extranjera y al mismo tiempo les permite una fiscalidad como empresas de alta tecnología en China, pudiendo estas a su vez desviar sus beneficios a sus sociedades holding en Islas Caimán u otras jurisdicciones.
También es innegable que el crecimiento de muchas compañías americanas como Nike, Apple y Tesla (entre otras) depende en gran medida de su mercado en China. En definitiva, las empresas en China tienen una desventaja frente a las americanas puesto que ante cualquier imposición del regulador o el Gobierno no pueden acudir con las mismas garantías ante la justicia para defenderse, cosa que en Estados Unidos si pueden. En cualquier caso, el potencial de crecimiento sostenido a largo plazo en China, la escalabilidad de su economía y su desarrollo social son sin duda una gran oportunidad de inversión a futuro, muy por encima de lugares como Europa o Estados Unidos, no obstante con un riesgo mucho mayor y concentrado en un reducido número de compañías que mantienen una posición dominante, muy sensibles a corto plazo a la nueva regulación y control político.
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