Recientemente ha sido publicada la lista de los 100 mayores perceptores de los fondos llamados "Next Generation EU" que el Gobierno de España ha remitido a la Comisión Europea dentro del llamado Plan de Recuperación, Transformación y Resilencia, se trata de unos fondos que a priori iban a recibir los países de los estados miembros cuyas economías sufrieron más durante la pandemia y que necesitan una cierta modernización y transformación.
Hemos podido saber que tan sólo el 39% de estos entes son privados, y que muchos de ellos son empresas públicas o sus filiales. Por tanto, un plan que teóricamente iba a ser para recuperar la economía y el tejido productivo de España, acaba siendo una estafa, ya que la inmensa mayoría de los fondos termina en el sector público, en manos de políticos ineptos, malos gestores y gente colocada a dedo en consejos de administración.
El mayor perceptor de fondos será ADIF, el administrador de infraestructuras ferroviarias con 2500 millones de euros para desarrollar el corredor mediterráneo y conexiones norte/sur con infraestructuras de trenes de alta velocidad, también empresas extranjeras enfocadas en la producción de coches eléctricos y ayuntamientos como los de Madrid, Zaragoza, Alicante, Valladolid, Murcia, Vigo o Málaga que deben establecer zonas de bajas emisiones para impedir a sus ciudadanos moverse en libertad con vehículos de combustión, persiguiéndoles, sancionándoles y castigándoles por no poder permitirse un vehículo eléctrico.
Por su parte, las Comunidad Autónomas ya se han llevado más de una tercera parte de los fondos totales, nada más y nada menos que la friolera de 24.500 millones de euros. Pero lo realmente escandaloso de todo esto, es que los fondos son recursos que los estados van a recibir por dos vías. En primer lugar, por endeudamiento, es decir, los estados reciben los fondos pero los devuelven con intereses. Y en segundo lugar, a fondo perdido, pero no se dejen engañar, porque ese dinero sale de la emisión monetaria, la cual genera siempre inflación y pérdida de poder adquisitivo.
En definitiva, son unos fondos que vamos a pagar todos los españoles y europeos de nuestros bolsillos, nos van a salir muy caros, ya sea por la vía de pagar más impuestos para pagar la deuda y cumplir con el déficit o la pérdida de poder adquisitivo derivada de la inflación por la emisión masiva de moneda, son, por tanto, unos fondos destinados, como ya hemos dicho a mantener la momia estatal, al parásito, al mercantilismo de los contratistas, en vez de a un tejido productivo cada vez más esquilmado a impuestos que lleva casi dos décadas sin ver la luz de una recuperación sostenida.
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